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Por Dirk Hoffmann, 20 de Junio de 2016

La introducción de tecnologías nuevas y mejores en la actividad ladrillera en América Latina permitiría reducir hasta un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

El “Manual de capacitación sector ladrillero en América Latina” elaborado por la Coalición de Calidad de Aire y Clima” (CCAC) no solamente enseña alternativas tecnológicas en la producción artesanal de ladrillos, sino explica su relacionamiento con el cambio climático.

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Por Dirk Hoffmann, 16 de Mayo de 2016

Los Contaminantes Climáticos de Vida Corta (CCVC, o también SLCP en inglés: Short Lived Climate Pollutants) son agentes atmosféricos contribuyentes al calentamiento global y al mismo tiempo degradan la calidad del aire. Tienen una vida útil relativamente breve en la atmósfera (entre pocos días a unas pocas décadas), a diferencia del CO2, que permanece en la atmósfera durante siglos o milenios después de emitido.

En la entrevista que sigue, la abogada ambiental Florencia Ortúzar de AIDA nos explica que aunque la reducción de emisiones de dióxido de carbono es esencial para mantener el aumento de temperatura por debajo de 2 °C a largo plazo, la disminución de los CCVC ofrece un importante aporte en esta difícil tarea.

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Por Dirk Hoffmann, 28 de Septiembre de 2015

Las “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional” (INDCs) son la piedra fundamental para la construcción de un nuevo acuerdo climático en la COP 21 a finales del año. Para que el secretariado de la Convención Climática pueda preparar un documento de síntesis hasta el 1º de noviembre, deben ser presentados hasta el 30 de septiembre del año en curso, es decir en pocos días.

Bolivia todavía no subió su propuesta de cómo aportaría a la lucha global contra el cambio climático al portal de la Convención, tampoco se había iniciado un proceso de comunicación y consulta con la sociedad, como en otros países. Documentamos a continuación una versión resumida de la “Propuesta de la sociedad civil sobre el INDC de Bolivia” que fue presenta una propuesta para la discusión y cuya versión íntegra se puede descargar aquí.

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Mapa de los países que ya presentaron sus INDCs al 24 de septiembre de 2015; fuente: WRI/CAIT

 

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Por Teresa Flores Bedregal, 04 de Mayo de 2015

Por invitación del gobierno y con la participación de las asociaciones de productores y organizaciones sociales, el pasado 21 y 22 de abril se llevó a cabo una “Cumbre Agropecuaria” en la ciudad de Santa Cruz, principal centro de la agroindustria de Bolivia.

Entre los principales resultados de esta Cumbre Agropecuaria “Sembrando Bolivia” se encuentra el acuerdo sobre la ampliación de la frontera agrícola. No hubo acuerdo sobre el uso de transgénicos. Presentamos a continuación un texto de Teresa Flores Bedregal, master en política ambiental, sobre las implicancias de esta Cumbre Agropecuario bajo una perspectiva de cambio climático.

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Por Dirk Hoffmann, 19 de Enero de 2015

Dinamarca acaba de sentar un nuevo récord mundial en la producción de electricidad en base a fuentes renovables: Durante el año 2014 produjo el 39,1 por ciento de su electricidad en base a energía eólica.

Con este dato el país del norte europeo de apenas 5,6 millones de habitantes está en buen camino de lograr su meta de producir la mitad de su electricidad en base a fuentes renovables en 2020, y da un impresionante ejemplo de lo que una pequeña nación puede lograr en la lucha contra el cambio climático.

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Parque de turbinas eólicas en mar abierto; fuente: DEA, 2013

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Por Amos Batto y Dirk Hoffmann, 15 de Septiembre de 2014
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Aunque el tema de la fractura hidráulica o “fracking” no haya llegado a los ámbitos de la discusión pública todavía, Bolivia ya está preparando el uso de esta tecnología muy controvertida para extraer mayores cantidades de gas.

Presentamos a continuación una versión resumida del artículo “El riesgo del fracking en Bolivia”  del activista e investigador en temas energéticos y de cambio climático Amos Batto, que explica los peligros asociados al proceso de fracking para el medio ambiente y las personas afectadas.

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Diseño esquemático del proceso de “fracking”; foto: darthpedrius (Creative Commons)

En el futuro, Bolivia no tendrá suficientes reservas de gas convencional para abastecer a su demanda interna y cumplir sus contratos para exportar gas a Argentina y Brasil. Entonces YPFB ya está desarrollando planes para explotar las reservas de gas de esquisto, que es un tipo de gas atrapado en roca de esquisto, que también es conocido como gas de pizarra o shale gas en inglés. Para extraer este gas de la roca, hay que utilizar una técnica llamada la fractura hidráulica o “fracking” para fracturar la roca y permitir escapar al gas con inyecciones horizontales de agua y químicos a alta presión.

Bolivia es el decimoséptimo país en el mundo en términos de reservas de gas de esquisto. Bolivia tiene aproximadamente 48 trillones de pies cúbicos (tcf) de gas de esquisto en sus reservas. La gran mayoría de este gas está en la reserva del Chaco en Tarija y Santa Cruz, que tiene 37 tcf de gas en profundidades entre 1.000 y 5.000 metros bajo el suelo. 

Un proceso altamente contaminante

La extracción de gas de esquisto es un proceso muy contaminante que destruye el medio ambiente y amenaza la salud de los que vivan cerca de los pozos, por lo cual está prohibido en muchos países europeos. La fractura hidráulica requiere la perforación de más pozos y estos pozos generalmente rinden por pocos años, entonces el desarrollo de fracking en Bolivia expondrá más a la población boliviana al riesgo que el gas convencional.

Un pozo de fracking típicamente consume entre 15 y 27 millones de litros de agua y entre 80 y 140 toneladas de químicos. El líquido inyectado en el pozo es una mezcla de 95% agua, 4,5% arena y 0,5% químicos. Este líquido puede contener hasta 65 químicos, algunos de ellos altamente tóxicos. Un estudio de 353 químicos identificados en fracking concluyó que 75% de estos afectan la piel, ojos y los órganos sensoriales, 52% afecta el sistema nervioso, 40% afecta el sistema inmunológico y los riñones, 46% afecta el sistema cardiovascular y la sangre y 25% son cancerígenos. Debido el alto riesgo de estos químicos, la industria hidrocarburífica a menudo mantiene en secreto el contenido de su líquido de fracking.

Cuando el líquido de fracking perfora la roca, absorbe la sal, el cloro y el bromo de la roca. Más preocupante, puede absorber elementos radioactivos y cancerígenos en la roca como uranio, radio, radón y torio y metales pesados como arsénico, bario, estroncio y selenio. Con el desarrollo de fracking en el estado de Pennsylvania en los EEUU, por ejemplo, el número de reportes de radiación en el estado ha subido de 423 a 1325 entre los años 2008 y 2012.

La mayoría de este brebaje tóxico se quedará a mil metros o más abajo en el suelo, donde hay poco riesgo de contaminar las reservas de agua dulce utilizados por humanos, pero entre 15% y 20% saldrá con el gas extraído, que es llamado “flowback”, y suele salir más en los meses y años después, a menudo mezclado con el agua fósil. Si el pozo no tiene paredes adecuadas de cemento o acero para prevenir el escape, el líquido de fracking puede contaminar el agua potable en la región en el corto plazo. En el largo plazo, el líquido de fracking puede migrar por fisuras en la roca y entrar a los acuíferos de agua.

La extracción de los 48 tcf de gas de esquisto en Bolivia consumiría entre 112 y 335 mil millones de litros de agua, con un consumo más probable de 242 mil millones de litros (no incluyendo el agua consumida por los gasoductos). La extracción de gas de esquisto en el Chaco consumirá mucho de un recurso vital que ya es escaso, poniendo en riesgo las otras necesidades hídricas de la región.

El fracking también produce metano

Además, la explotación de gas de esquisto es una amenaza al clima, porque la quema de gas produce dióxido de carbono (CO2), que es la causa principal del cambio climático. Entre 2000 y 2012, Bolivia produjo 5,03 tcf de gas convencional, que emitió 0,28 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera, pero la explotación de los 48 tcf de gas de esquisto en Bolivia producirían aproximadamente 2,6 gigatoneladas de CO2.

Según un estudio del prestigioso Instituto Potsdam, para tener un 80% de posibilidad de evitar 2 °C de calentamiento, el mundo sólo puede emitir 886 gigatoneladas de CO2 entre 2000 y 2050, de lo cual Bolivia tiene el derecho de emitir 1,35 gt CO2 (porque tiene 0,15% de la población mundial). Entonces, Bolivia emitiría dos veces más que su presupuesto de carbón si explota todo su gas de esquisto. Para no rebasar su presupuesto Bolivia sólo puede explotar sus reservas probadas y probables de gas convencional, que producirá 0,65 gt de CO2.

Un problema adicional es el escape de metano junto con gas de esquisto. Estudios científicos estiman que entre 3,6% y 7,9% de metano extraído por pozos de fracking escapa directamente a la atmósfera, pero el porcentaje depende mucho de las técnicas de extracción y cómo el metano escapado es medido. Si suponemos que este porcentaje del metano en el gas de esquisto de Bolivia se escapará, entonces la explotación de todo el gas de esquisto en Bolivia producirá entre 3,22 y 3,98 gigatoneladas CO2-equivalente en un plazo de 100 años, que es entre 2,4 y 3,0 veces más que su presupuesto carbónico.

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Distribución de gas (izq.) y gasoducto en el Altiplano boliviano (dcha.)

Mayor riesgo de terremotos

Aparte de los problemas de contaminación del agua y aire alrededor de los numerosos pozos de fracking y el metano extra que escapa de estos pozos, fracking también introduce más riesgo de terremotos regionales. El proceso de la fractura hidráulica rompe las formaciones rocosas y los líquidos inyectados ponen mucho peso en la tierra, que pueden causar pequeños terremotos de menos de 4 grados en la escala Richter. El fracking ha causado terremotos en EEUU, Canadá y Gran Bretaña. En el medio de continente de Norteamérica, el número de terremotos mayores de 3 grados en la escala Richter ha aumentado 6 veces con el desarrollo de fracking.

A pesar de todos los problemas ecológicos asociados con la extracción de hidrocarburos, el Estado boliviano sigue con planes para aumentar esta producción dañina. Bolivia aumentó su producción de gas 382,6% entre los años 2000 y 2012. Muy poca de esta producción es estrictamente necesaria, dado que 82% de gas producido por Bolivia es exportado y solo 2% de lo que queda en el país es utilizado para la cocina y la calefacción. Sin embargo, YPFB sigue con planes para extraer más hidrocarburos y planifica invertir $us 2.052 millones en la exploración de gas entre 2013 y 2016 para triplicar sus reservas probadas de gas. Aunque casi toda esta exploración será para gas convencional que cuesta menos extraer, YPFB ya está planificando explotar sus reservas de gas de esquisto. En junio de 2013, firmó un acuerdo con YPF, la petrolera estatal de Argentina, para explorar el gas de esquisto en Abapó, Santa Cruz. El presidente de YPFB, Carlos Villegas manifestó al respecto: "En Bolivia hemos detectado la existencia de shale gas y la Argentina tiene una vasta experiencia y un conocimiento tecnológico, por tanto, vamos a coordinar acciones conjuntas para iniciar trabajos de investigación en shale gas en el país."

Actualmente, 56% del gas consumido dentro de Bolivia es utilizado en termoeléctricas que producen 63,1% de la electricidad en Bolivia. La mayoría de los 620 megavatios de capacidad eléctrica que el gobierno está planificando construir en los próximos 5 años será de termoeléctricas de gas. La construcción de termoeléctricas hoy que durarán entre 3 o 4 décadas forzarán que Bolivia explote sus reservas de gas de esquisto cuando se acabe el gas convencional. La magnitud de esta inversión en termoeléctricas dificultará en extremo el cambio de la matriz energética a energías alternativas.

A modo de comparación: Mientras YPFB gasta tanto en el desarrollo de energía sucia, el gobierno boliviano sólo planifica invertir $us 40 millones en el desarrollo de energía eólica, solar, micro-hidroeléctrica y biomasa entre los años 2012 y 2015.

Dados los problemas experimentados por el fracking en otras partes de mundo, la cuestión es: ¿Por qué YPFB quiere sujetar al pueblo boliviano a la contaminación de su agua, amenazas a su salud, la destrucción de su clima y el riesgo de terremotos? Sería mucho mejor desarrollar la energía eólica y solar que son fuentes limpias de energía que respetan los derechos de la Pachamama y son basados en los objetivos del vivir bien.

 

El texto completo de Amos Batto, publicado primero en la página web de Reacción Climática con extensas notas bibliográficas, puede ser descargado aquí: “El riesgo del fracking en Bolivia

 

 

 



 
Archivos adjuntos:
FraenBolivia.pdf
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Por Dirk Hoffmann, 14 de Julio de 2014

La “Energiewende” o “Transición Energética” es el proyecto de una doble transformación fundamental del sistema energético alemán; por un lado, Alemania ha decidido terminar el uso de la energía nuclear y por otro, tiene previsto producir el 80% de su electricidad en base a fuentes de energía renovable hasta 2050 para aportar a la mitigación del cambio climático.

En esta entrada al Klimablog enfocamos algunas de las contradicciones de esta Transformación Energética, como la actual tendencia de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero de 2% y la construcción de varias nuevas centrales termoeléctricas en base a carbón, la fuente más sucia entre las energías fósiles. Además, la extracción de carbón conlleva la destrucción de regiones enteras en el país, que sería el tema para la siguiente entrada al Klimablog.

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Por Dirk Hoffmann, 07 de Julio de 2014

Durante los últimos 50 años Bolivia ha perdido aproximadamente la mitad de sus glaciares. El factor principal por el acelerado retroceso glaciar es el calentamiento global, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay otro elemento que contribuye al derretimiento de los glaciares de montaña: depósitos de hollín de la quema de diesel y biomasa.

En la reciente reunión del Grupo de Trabajo PISAC (Pollution and its Impact on the South American Cryosphere) en La Paz, el investigador estadounidense Carl Schmitt presentó metodología y primeros resultados del análisis de muestras de nieve, para poder cuantificar el impacto de los depósitos de hollín en los glaciares de la Cordillera de los Andes.

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Carl Schmitt tomando muestras de nieve (en la Cordillera Blanca, Perú, izq.) y filtrando las muestras (en La Paz, dcha.)

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Por Dirk Hoffmann, 16 de Noviembre de 2012

El “efecto invernadero”, también llamado “efecto estufa” es el mecanismo primordial que ha permitido la vida de plantas, animales y hombres en la Tierra durante los últimos millones de años. La concentración de ciertos gases en la atmósfera, como por ejemplo del dióxido de carbono, define la temperatura de nuestro planeta.

Desde finales de la última época de hielo, hacia aproximadamente 12.000 años atrás, la concentración del CO2 se ha mantenido constante en alrededor de 280 ppm (partes por millón), garantizando condiciones climáticas relativamente estables por milenios.

Debido al vertiginoso aumento de las emisiones de CO2 desde inicios de la industrialización, sin embargo, la concentración aumentó a casi 400 ppm en la actualidad, provocando un desbalance climático global.

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Uno de los problemas en la comunicación del calentamiento global: el CO2 en la atmósfera es invisible

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