Por Jan Spickenbom y Marlene Quintanilla, 09 de Mayo de 2016

El cambio climático afectará a las Tierras Bajas y Yungas de Bolivia con incrementos de la temperatura media entre 1 °C a 2 °C al año 2030. Este es el resultado realmente asustador de las modelaciones climáticas realizadas por la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).

Presentamos a continuación el texto sobre el futuro comportamiento de las temperaturas atribuidos al cambio climático, levemente abreviado, de Jan Spickenbom y Marlene Quintanilla y tomado del “Atlas Socioambiental de las Tierras Bajas y Yungas de Bolivia”, que se ha presentado en el Klimablog el 18 de abril de 2016.

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El aumento de temperatura pronosticada al 2030 durante la época seca (izq.) y la época húmeda (dcha.)

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Por Dirk Hoffmann, 02 de Mayo de 2016
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El 26 de abril de 1986, en el lejano lugar Chernóbil, de lo que en ese entonces era todavía la Unión Soviética, se produjo el peor accidente nuclear de la historia, que contaminó gran parte de Europa y de territorio soviético.

Con diferentes ceremonias, la semana pasada se conmemoró el 30 aniversario del accidente que costó la vida y afectó la salud de millones de personas y cuyos costos económicos son sentidos hasta hoy día.

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La planta nuclear de Chernobíl después del accidente de 1986; fuente: mohawkhairstylesforblackwomen.science

Después de 30 años, siguen los costos humanos y económicos

30 años después de accidente nuclear en Chernóbil, hoy parte de Ucrania, la mayor catástrofe atómica de la historia de las plantas nucleares, es también 5 años después del segundo mayor accidente atómico que ocurrió el 11 de marzo de 2011 en Fukushima en Japón.

Cuando el bloque 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó durante una operación de rutina el día 26 de abril de 1986, el mundo tardó varios días en enterarse de lo que había pasado. Con un inadmisible retraso las autoridades soviéticas admitieron la explosión y la liberación de grandes cantidades de material radioactivo.

Más allá de la extrema contaminación radiar en la zona de la planta atómica, una gran nube de Cesio-137, el isótopo más volátil, se había expandido sobre gran parte de Europa central y del norte, y la parte occidental de la Unión Soviética. En el sur de Alemania se puede detectar el Cesio-137 todavía hoy día, y seguramente en muchas otras regiones que sufrieron el paso de la nube radioactiva invisible. De igual manera, los depósitos nucleares de las explosiones atómicas de ensayo en el Pacífico por Francia y Estado Unidos en las décadas de la postguerra que se pueden detectar todavía en la región, pero también en el hielo de Groenlandia.

La ciudad socialista modelo de Pripyat de unos 50.000 habitantes y que había sido construida en 1970 para albergar a los ingenieros y trabajadores de la planta nuclear de Chernóbil, fue evacuada en los días después de accidente. En total, 400.000 personas tuvieron que ser evacuadas. Lo que inicialmente había sido anunciado como una medida de precaución por un par de días, continúa hasta hoy – probablemente continuará por unos siglos más debido a los altos niveles de radiación.

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Vista actual de la central nuclear de Chernóbil; fuente: Ingmar Runge/wikipedia

La equivocada propuesta nuclear frente al cambio climático

A pesar de las evidencias de los peligros que representa el uso civil de la energía nuclear, todavía hay países en el mundo que siguen construyendo nuevas "bombas de tiempo“, reactores nucleares que por alguna combinación de factores poco probables –pero siempre posibles- pueden explotar y crear nuevas catástrofes atómicas.

También hay científicos, como el renombrado científico climático James Hansen, que abogan por el uso de la energía nuclear, como solución al calentamiento global. En un reciente documento de posicionamiento frente a la opinión pública, varios científicos han presentado un “escenario ilustrativo”, según el cual la construcción de "115 reactores por año hasta 2050” puede descarbonizar el sistema eléctrico del mundo entero.

Más allá de que esto no es factible en términos económicos, ¿qué ganamos si con cada nueva planta nuclear aumenta el riesgo de otro accidente catastrófico al estilo de Three Mile Island, Chernóbil, Fukushima – o incluso de mayores dimensiones? Recordemos que en el caso de Chernóbil solo se escapó el 5% del material radioactivo contenido en el reactor. Igual en el caso de Fukushima el mundo ha tenido una cierta suerte, porque el derretimiento dl núcleo no había sido completo.

En un documento estratégico la Agencia de la Energía Nuclear (NEA) y la Agencia Internacional de Energía (IEA) han presentado un “Camino tecnológico hacia adelante” (Technical Roadmap) para el futuro de la energía atómica en un mundo de cambio climático. En este escenario optimista (según los propios autores), el porcentaje de electricidad generado por plantas nucleares en el mundo aumentaría del 11% actual a un 17% en el año 2050. Estas cifras muestran de forma contundente que el aporte de la energía nuclear en reducir el calentamiento global es bastante reducido.

Cómo la tabla (abajo) indica, el número de centrales nucleares que se comenzó a construir por año ha bajado constantemente desde sus tiempos de auge entre finales de los años 60 y finales de los 70 hasta comienzos del siglo XXI, con bajones después de cada uno de los tres grandes accidentes atómicos.

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Numero de inicios de construcción de plantas nucleares en el mundo, de 1955 a 2014; fuente: IAEA vía ClimateProgress.org

La muerte de la energía nuclear en sociedades democráticas con economías de mercado

Antes del accidente atómico de Fukushima en 2011, ocurrido en un país altamente tecnificado, en los países del occidente persistía la creencia de que un accidente al estilo Chernóbil solo fuese posible en países menos avanzados tecnológicamente y con estándares de seguridad muy por debajo. Al haberse visto equivocada, en consecuencia de la catástrofe de Fukushima el canciller alemán Angela Merkel determinó el cierre total de las centrales nucleares alemanas todavía en funcionamiento hasta el año 2022.

Otros países, como Italia y Suiza, ya habían decidido salir de la energía nuclear. Finlandia no consigue terminar la construcción de su reactor Olkiluoto, que cuenta con 10 años de retraso y un costo de 5 millones de euros adicionales al costo previsto. Lo mismo en Inglaterra, donde ahora se trata de construir una nueva planta atómica con tecnología francesa y financiamiento chino; algo inédito en Europa occidental y una muestra que en sociedades democráticas con economías de mercado es casi imposible construir nuevas centrales, debido por una parte a la falta de aceptación por la población, pero fundamentalmente por la falta de perspectiva económica frente a los costos cada vez más bajos de las energías renovables. Cómo ya había comentado en el Klimablog, la energía nuclear es demasiado peligrosa y demasiado cara para ser opción contra el cambio climático. Punto.

 

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Por Dirk Hoffmann, 25 de Abril de 2016

Virtualmente todos los países del mundo han acudido al llamado del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon y han firmado el Acuerdo de París en la ceremonia oficial en Nueva York el pasado 22 de abril, Día Internacional de la Tierra.

Poco antes, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Convención Climática se había reunido en Nairobi, Kenia, para definir estrategia, contenido y cronograma para el Sexto Informe de Evaluación y los informes especiales de los próximos años.

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174 países más la Unión Europea firmaron el Acuerdo de París en un solo día; fuente: IPCC

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Por Dirk Hoffmann, 18 de Abril de 2016

El “Atlas Socioambiental de las Tierras Bajas y Yungas de Bolivia", disponible en forma íntegra a través de la página web de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) es un verdadero tesoro para todos los que quieren conocer y comprender la Bolivia actual.

Se trata sin lugar a dudas de la recopilación más completa y confiable sobre la realidad socioambiental de las Tierras Bajas y de los Yungas, una contribución fundamental para los actuales debates sobre la Madre Tierra y el modelo de desarrollo.

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Por Dirk Hoffmann, 11 de Abril de 2016

Nada nuevo en al Ártico: Una vez más la extensión del hielo marítimo ártico ha llegado a un nuevo mínimo. Al finalizar el invierno nórdico la extensión máxima llegó a apenas 14,52 millones de km²  - 1 millón de km² por debajo del promedio de 1981 a 2010 y batiendo el récord del año pasado.

Después de un invierno extremadamente caliente en la región ártica –incluso con temperaturas por encima de cero en el polo norte- estos datos sobre la menor extensión de hielo ártico jamás medidos no llegan como gran sorpresa, pero si causan gran preocupación entre la comunidad científica y significan impactos fuertes para los habitantes del Ártico.

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Izq.: La extensión del hielo ártico en su mayor superficie a finales del invierno polar; fuente: NSIDC, 1º de abril de 2016. Dcha: La extensión del hielo ártico en contexto de otros años; fuente: NSIDC, 3 de abril de 2016.

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Por Dirk Hoffmann, 04 de Abril de 2016

A fines del mes pasado, coincidente con el Día Meteorológico Mundial, el 23 de marzo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentó la “Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2015”.

El documento de 25 páginas fue lanzado en todos los idiomas oficiales de las Naciones Unidas, que incluye el español, y brinda un excelente resumen sobre el año 2015, que “hizo historia con registros de temperaturas máximas sin precedentes, olas de calor intensas, un total extraordinario de precipitaciones, sequías devastadoras y una actividad excepcional de los ciclones tropicales”.

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Por Dirk Hoffmann, 28 de Marzo de 2016

La dimensión social de la vulnerabilidad al cambio climático en zonas urbanas y rurales del Altiplano de Bolivia” es el título del libro de Consuelo Fernandez que se ha publicado el año pasado, y en el que se presentan los resultados del estudio comparativo sobre la “vulnerabilidad social”, que se ha realizado en el espacio periurbano de El Alto y en el municipio rural de Cairoma, ambos en el departamento de La Paz.

En el cual la autora analiza la relación entre niveles de organización social y política en espacios locales y la capacidad de hacer frente a los impactos del cambio climático.

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Por Dirk Hoffmann & Moira Zuazo, 21 de Marzo de 2016

El nuevo número de la revista peruana “Revista Interquorum. Nueva Generación”, está dedicada a las “Alternativas al Extractivismo” y reúne artículos para enriquecer el debate latinoamericano en la búsqueda de alternativas al modelo de desarrollo, basadas en una sociedad con justicia y sostenibilidad ambiental.

En el primer artículo de la publicación titulado “Cambio climático y transiciones”, Dirk Hoffmann y Moira Zuazo argumentan la necesidad de una “gran transición” en democracia para garantizar la continuación de la civilización humana frente a la amenaza de los crecientes impactos del cambio climático. Publicamos a continuación una versión abreviada del texto original.

 

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Por Dirk Hoffmann y Raoul Kaenzig, 14 de Marzo de 2016

Ya han pasado cinco años desde que el calentamiento global ha acabado con la vida del glaciar el Chacaltaya, alguna vez la pista de esquí con lift más alta del mundo, apoyado por la anterior ocurrencia del fenómeno de El Niño.

En la reciente publicación científica “Adaptación al cambio climático del sector de turismo en los Andes bolivianos” (Climate Change adaptation of the tourism sector in the Bolivian Andes) tres investigadores suizos han analizado las estrategias de adaptación del sector turístico de La Paz frente a la pérdida de una de sus principales atracciones.

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Vista de la Cabaña Grande del Club Andino hacia la Cabaña Chica

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Por Dirk Hoffmann, 07 de Marzo de 2016

En diciembre del año pasado, cuando los ojos del mundo estaban puestos en la Conferencia Climática de París, las autoridades de Oruro declararon completamente seco al Lago Poopó, una vez el segundo lago más grande de Bolivia.

Por la literatura científica y a través de testimonios de la población local sabemos, que el Lago Poopó se había secado en ocasiones anteriores. Sin embargo, frente a los impactos del cambio climático y un entorno socio-económico diferente, es pertinente preguntarse: ¿Se logrará recuperar?

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Nuestra misión de reconocimiento en medio del “Lago” Poopó.

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