En las últimas semanas las temperaturas ya elevadas en Siberia durante meses han alcanzado nuevos niveles récord. En Verjoyansk, el  lugar "habitado más frío del mundo" se registró una temperatura de 38° C.

Con esta ola de calor prolongada se crean condiciones perfectas para un mayor número de incendios. También se acelera el derretimiento del suelo permanentemente congelado o permafrost, poniendo en riesgo a gran parte de la infraestructura en el Ártico, lo que resulta en un mayor riesgo de catástrofes ambientales en la industria extractivista de la región.

Anomalía de la temperatura en mayo 2020 en el hemisferio norte. Fuente: NASA Earth Observatory 

Nada nuevo en al Ártico: Una vez más la extensión del hielo marítimo ártico ha llegado a un nuevo mínimo. Al finalizar el invierno nórdico la extensión máxima llegó a apenas 14,52 millones de km²  - 1 millón de km² por debajo del promedio de 1981 a 2010 y batiendo el récord del año pasado.

Después de un invierno extremadamente caliente en la región ártica –incluso con temperaturas por encima de cero en el polo norte- estos datos sobre la menor extensión de hielo ártico jamás medidos no llegan como gran sorpresa, pero si causan gran preocupación entre la comunidad científica y significan impactos fuertes para los habitantes del Ártico.

Izq.: La extensión del hielo ártico en su mayor superficie a finales del invierno polar; fuente: NSIDC, 1º de abril de 2016. Dcha: La extensión del hielo ártico en contexto de otros años; fuente: NSIDC, 3 de abril de 2016.

Durante los meses de septiembre y octubre, buena parte del sudeste asiático se encontraba cubierto por un manto denso de humo tóxico, afectando a cientos de millones de personas en Indonesia, Malasia y Singapur. Son los incendios más fuertes desde los fuegos récord del año 1997/98, cuando se quemaron 6 millones de hectáreas, y que era el último El Niño fuerte registrado en la cuenca del Pacífico.

Este año, Indonesia ha visto más de 100.000 incendios en diferentes partes del país. Con las emisiones de dióxido de carbono resultantes de esta quema masiva de bosques y pantanos secos,el país se ha ganado el puesto de cuarto emisor de gases de efecto invernadero del mundo, un mal augurio para la próxima COP 21 en París que comenzará en tres semanas.

Humo de los incendios en Sumatra, Indonesia; fuente: NASA, 24/09/15

La “Energiewende” o “Transición Energética” es el proyecto de la transformación completa del sistema energético alemán (ver entrada anterior al Klimablog). Entre sus contradicciones fundamentales está el hecho de que se sigue construyendo nuevas centrales termoeléctricas en base a carbón.

En esta segunda parte mostramos esta cara sucia de la Transición Energética, la destrucción de pueblos enteros y la devastación del medio ambiente a gran escala en la región alemana de Lausitz, una de las principales zonas de explotación de lignito bajo la modalidad de tajo abierto. 

La extracción de lignito a tajo abierto a gran escala en Welzow-Süd

La devastación de una región continúa

A pesar de los avances de la “Energiewende”, la transición energética que Alemania ha declarado a finales de 2010 (ver entrada al Klimablog de la semana pasada para detalles), el país todavía pretende aumentar su capacidad de generación de electricidad en base del carbón -tanto de hulla como de lignito- que es la energía fósil más sucia.

Mientras que la hulla se extrae en minas de grandes profundidades, el lignito es extraído en minas a cielo abierto. Esto significa la remoción de toda vegetación, construcción e infraestructura en grandes superficies de territorio, para llegar a las vetas de lignito. Lo que significa esto en términos concretos se puede estudiar muy bien en la región de Lausitz al sureste de Berlín, que es una de las regiones tradicionales de explotación de lignito. Esta región que pertenece en parte al estado federal de Brandemburgo y en parte a Sajonia, produce un tercio de toda la producción alemana. Las cantidades extraídas son significativas a nivel global; Alemania es el mayor productor de lignito del mundo.

El lignito es materia vegetal de hace 15 a 20 millones de años, que contiene la energía solar transformada a través de la fotosíntesis y almacenada por las plantas durante millones de años. Las vetas de lignito se encuentran típicamente a profundidades entre 35 y 120 metros y tienen un grosor de entre 8 y 16 metros.

La extracción se realiza con maquinaria gigantesca. Las máquinas del tipo F60 son las más grandes de todas. Con una altura de 70 metros y una longitud de más de medio kilómetro son ellas que se encargan de sacar los 100 metros de tierra debajo de los cuales se encuentra el lignito.

Solo en la región Lausitz se cuenta actualmente con 5 minas a cielo abierto y 5 centrales térmicas a lignito en operación con una capacidad de generación de 8.000 MW – cinco veces la capacidad instalada con la cual cuenta Bolivia.

Debido a que la explotación se realiza a tajo abierto, el paisaje de la región ha sufrido una transformación profunda. Durante los últimos 100 años han desaparecido más de cien pequeños pueblos, miles de personas han sido desplazadas. Uno de los más afectados por este desplazamiento han sido los “Sorben”, el único grupo étnico de minoría de Alemania. El último pueblo a ser destruido, después de una larga resistencia, ha sido Horno. En la pequeña ciudad de Forst existe un museo y archivo de los pueblos perdidos por la explotación minera en la región de Lausitz.

El pueblo de Proschim, amenazado a desaparecer (izq.) y el lugar del pueblo de Bergheide, destruido para sacar lignito (dcha.; después de haber rellenado el tajo con agua).

Los problemas medioambientales son diversos. Van desde la destrucción completa de vegetación y hábitat de grandes superficies, a la contaminación con polvo y ruido, el manejo artificial de las aguas subterráneas y el cambio del clima local.

Frente a este panorama, las demandas del Partido Verde y de los ecologistas son muy claras: dejar de excavar y quemar carbón ahora mismo. Dejar de construir nuevas centrales termoeléctricas. Alemania no necesita esta energía, la más sucia de todas las fuentes fósiles.

Para hacer frente a esta “locura climática”, varias organizaciones y grupos ecologistas en 2008 han conformado la Alianza para el Clima (Klima-Allianz). Ya hay unos primeros éxitos: “Conjuntamente con iniciativas ciudadanas, organizaciones ecologistas y otros activistas de diferentes sectores de la sociedad se ha podido frenar 19 propuestas de construcción de termoeléctricas en base a carbón” – de unas 30 en total.

Lo que está previsto en la región Lausitz, es la ampliación de las minas a tajo abierto por 5 nuevos emprendimientos en la región. Actualmente se prepara la destrucción de los pueblos de Proschim, Welzow (ciertas partes), Atterwasch, Kerkwetz y Grabko con un total de más de 2.000 habitantes. Solo en la mina de WelzowSüd (ver fotos), la empresa sueca Vattenfall quiere obtener el visto bueno para una ampliación de 20 km². Se desplazarían 800 personas y se perdería el pueblo de Proschim con una tradición de casi 500 años. Vattenfall también prevé la construcción de una nueva central termoeléctrica en base a lignito con una capacidad de 2.000 MW, suficiente para satisfacer la demanda de toda Bolivia. Quedaría obsoleta por completo la meta de reducción de CO₂ para el 2030 del gobierno de Brandemburgo.

Los argumentos presentados por su propaganda sofisticada son siempre los mismos: para garantizar la seguridad energética el lignito es imprescindible, además garantiza fuentes de trabajo en la región. Se ignora completamente que ya hay una sobreproducción de electricidad en Alemania y que la generación de electricidad por fuentes renovables y de forma descentralizada ofrecería muchos más puestos de trabajo que las grandes industrias actuales y propuestas.

Señales de protesta en el pueblo de Proschim: “Paren la destrucción sin sentido de los asentamientos!” (izq); “A su suelo natal no se vende. A su suelo natal se lo defiende!” (dcha.)

También en la región se ha estado formando resistencia desde hace mucho tiempo. Varios habitantes de los pueblos en peligro han puesto letreros de resistencia en sus jardines, organizan eventos de protesta y tratan de convencer a los políticos locales que hay que cambiar de rumbo en la política energética de la región, para proteger el clima, pero también para proteger sus tierras natales.

Para el 23 de agosto la Alianza para el Clima está llamando a una cadena humana de protesta en la región fronteriza entre Kerkwitz en Alemania y Grabice en Polonia contra la expansión de la minería de lignito a tajo abierto. “Queremos una protección del clima consecuente y un futuro que vale la pena vivir, con energía desde el sol, el viento y el agua. Por eso pedimos conjuntamente con la alianza: Ninguna mina a tajo abierto más y terminar con el uso del carbón". Si Alemania quiere ser consecuente con sus esfuerzos de mitigación del cambio climático, debería despedirse de la explotación y utilización de carbón en todas sus formas.

Al igual que en los años anteriores, a mediados de septiembre de 2013 la extensión del hielo ártico llegó a su mínimo. Aunque no se llegó cerca del valor récord de 2012, la extensión todavía cubierta por hielo era muy por debajo del promedio de la primera década del siglo XXI.

Lo que es más preocupante todavía: el grosor del hielo ártico flotante – y con esto el volumen de hielo - sigue en disminución, como muestran datos nuevos del satélite europeo CryoSat.

La extensión mínima del hielo ártico de este año (línea roja), en comparación con otros años recientes y los promedios de las tres últimas décadas. Fuente: IARC-JAXA 

Por la actualidad de la información volvemos ahora otra vez a la región del Ártico. El pasado día 26 de agosto de 2012, la extensión del hielo ártico ha llegado a un nuevo récord de su mínimo con una extensión de 4,1 Mio km².

Lo más preocupante todavía, es que se llegó a este récord unas 2 o 3 semanas antes del final de la temporada de derretimiento, que normalmente se da a mediados de septiembre y que hace prever que la extensión mínima del hielo ártico este año probablemente llegue a bordear los 3,5 Mio de km².

Extensión del hielo ártico. Línea gris: promedio de los años 1979-2000. Fuente: National Snow & Ice Data Center, EE.UU.

Al igual que en otras regiones de alta montaña, en los Alpes alemanes las temperaturas han aumentado más fuertemente que el promedio global durante las últimas décadas. Si estas tendencias persisten, dentro de 20 a 30 años se perderán 4 de los últimos 5 glaciares de Alemania, alertó el ministro de medio ambiente del estado alemán de Bavaria.

Sí el aumento de temperatura se acelerara, lo cual parece la opción más probable actualmente, estos tiempos se podrían acortar considerablemente y Alemania se quedaría sin glaciares ya por el año 2030 o 2040.

Los glaciares de los Alpes. En los círculos se aprecia las únicas dos regiones de Alemania que cuentan con glaciares. Fuente: “Bayerische Gletscher im Klimawandel - ein Statusbericht”

En un comunicado de prensa reciente la Agencia Espacial de Estados Unidos NASA alerta sobre la pérdida acelerada del grosor de la capa de hielo flotante en el Ártico. Esto trae como consecuencia una pérdida de masa de hielo, al mismo tiempo que aumenta la vulnerabilidad del hielo ártico hacia el derretimiento acelerado durante el verano ártico.

Estas noticias llegan justo en el momento en que la extensión del hielo ártico está en su máximo extensión al final del invierno ártico, a fines de febrero/comienzos de marzo.

Comparación de la extensión del hielo ártico multi-anual 1980 - 2012 (Fuente NASA/Comiso 2011).