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Por Fabian Drenkhan, 13 de Junio de 2016

El Perú, como los demás países de los Andes Tropicales, es uno de los países más vulnerables al calentamiento global. Pero al mismo tiempo, tiene una de las economías de mayor crecimiento de los últimos años debido a la extracción minera y hidrocarburífera.

A continuación, el investigador alemán de la Pontificia Universidad Católica en Lima Fabian Drenkhan nos explica el panorama complejo en relación a las actuales transformaciones socioeconómicas y los impactos del cambio climático en el vecino país. En la segunda parte, relata como un campesino de los Andes peruanos enjuicia la multinacional alemana de generación eléctrica RWE en un tribunal de Alemania.

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El portal incaico Inti Punku con vista al nevado Verónica, Cordillera Urubamba-Vilcanota - testigo de la larga relación hombre-montaña

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Por Dirk Hoffmann, 11 de Abril de 2016

Nada nuevo en al Ártico: Una vez más la extensión del hielo marítimo ártico ha llegado a un nuevo mínimo. Al finalizar el invierno nórdico la extensión máxima llegó a apenas 14,52 millones de km²  - 1 millón de km² por debajo del promedio de 1981 a 2010 y batiendo el récord del año pasado.

Después de un invierno extremadamente caliente en la región ártica –incluso con temperaturas por encima de cero en el polo norte- estos datos sobre la menor extensión de hielo ártico jamás medidos no llegan como gran sorpresa, pero si causan gran preocupación entre la comunidad científica y significan impactos fuertes para los habitantes del Ártico.

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Izq.: La extensión del hielo ártico en su mayor superficie a finales del invierno polar; fuente: NSIDC, 1º de abril de 2016. Dcha: La extensión del hielo ártico en contexto de otros años; fuente: NSIDC, 3 de abril de 2016.

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Por Dirk Hoffmann, 29 de Febrero de 2016

Fiyi, el primer país en el mundo a ratificar el Acuerdo de París de la reciente Conferencia Climática de las Naciones Unidas en Francia, ha sufrido el paso de tormenta tropical más fuerte jamás medido en todo el hemisferio sur.

El día sábado, 20 de febrero, el “Ciclón Winston” ha devastado el país, destruyendo cientos de casas e infraestructura, y matando por lo menos 44 personas.

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Destrucción causada por el “Ciclón Winston“ en Fiyi; fuente: gobierno de Fiyi.

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Por Dirk Hoffmann, 22 de Febrero de 2016

Hace meses, Zimbabue sufre una de las peores sequías de su historia. Pero el país no es la única víctima, también sus vecinos en la región del sur de África son sujetos al impacto combinado del cambio climático y del “Niño” más fuerte de los últimos 60 años.

A comienzos de mes el gobierno de Zimbabue ha declarado el “estado de desastre” en casi todo el país, porque un cuarto de la población -unos 2,5 millones de personas en las zonas rurales- necesitan ayuda humanitaria. Lo que dificulta la situación alimentaria son las malas perspectivas para la próxima cosecha de granos esenciales en toda la región debido a la sequía y el comienzo tardío de la época de lluvias.

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Una sequía extrema azota casi todo el país; fuente: Oxfam Zimbabwe

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Por Dirk Hoffmann, 09 de Noviembre de 2015

Durante los meses de septiembre y octubre, buena parte del sudeste asiático se encontraba cubierto por un manto denso de humo tóxico, afectando a cientos de millones de personas en Indonesia, Malasia y Singapur. Son los incendios más fuertes desde los fuegos récord del año 1997/98, cuando se quemaron 6 millones de hectáreas, y que era el último El Niño fuerte registrado en la cuenca del Pacífico.

Este año, Indonesia ha visto más de 100.000 incendios en diferentes partes del país. Con las emisiones de dióxido de carbono resultantes de esta quema masiva de bosques y pantanos secos,el país se ha ganado el puesto de cuarto emisor de gases de efecto invernadero del mundo, un mal augurio para la próxima COP 21 en París que comenzará en tres semanas.

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Humo de los incendios en Sumatra, Indonesia; fuente: NASA, 24/09/15

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Por Moira Zuazo y Dirk Hoffmann, 26 de Octubre de 2015

A finales de la semana pasada, frente a las costas de México en el Pacífico oriental, emergió el huracán “Patricia”, el más fuerte jamás medido en el hemisferio americano con vientos sostenidos de 305 km/h.

Debido a una mezcla de factores, entre ellos la oportuna implementación de medidas preventivas del Estado mexicano y el hecho de que el ojo del huracán tocó tierra en una zona costera poco poblada, se evitaron saldos catastróficos. Aunque la mano del cambio climático es innegable, la mayoría de los políticos, periodistas y comentaristas evitaron mencionarlo.

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Imagen del huracán Patricia llegando a las costas de México; fuente: www.wunderground.com

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Por Dirk Hoffmann, 19 de Octubre de 2015

En una reciente iniciativa del WWF Escocia los líderes de los cinco principales partidos políticos se han comprometido incluir planes para enfrentar el cambio climático en sus propuestas electorales para las elecciones parlamentarias de mayo próximo, dando importancia y visibilidad al tema.

Desde 2009 Escocia, uno de los países más nórdicos de Europa, cuenta con su propia Ley de Cambio Climático, que define una reducción de las emisiones del 42% hasta 2020 y del 80% hasta 2050 (comparado con 1990 como año base).

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La calefacción es un tema central en la discusión sobre la mitigación

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Por Dirk Hoffmann, 17 de Agosto de 2015

Investigaciones científicas recientes demuestran que la temporada de incendios se ha prolongado por casi 20 por ciento dentro de los últimos 35 años a nivel global, debido a temperaturas promedio más altas.

Alaska, Canadá y parte del occidente de los Estados Unidos están experimentando unos de los mayores incendios forestales desde que se registran los datos, en una muestra de lo que podrá volverse la nueva normalidad bajo el impacto del cambio climático.

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Por Dirk Hoffmann, 13 de Julio de 2015

El 24 de junio de este año una corte en La Haya adoptó una decisión histórica: Los jueces declararon ilegal los esfuerzos del gobierno de los Países Bajos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por poco ambiciosos.

En su decisión, los jueces accedieron a la demanda de la fundación Urgenda y de un grupo de 886 demandantes y ordenaron al gobierno del país de cortar sus emisiones de gases de efecto invernadero en 25% hasta 2020 (comparado con niveles de 1990). Es la primera vez en el mundo que una corte ha dictado un fallo obligando a un gobierno a aumentar la reducción de emisiones y se espera que sea un precedente para grupos ciudadanos de otros países.

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Los jueces en la lectura de su veredicto (izq.) y las celebraciones posteriores (dcha.); fotos: Urgenda / Chantal Bekker

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Por Dirk Hoffmann, 18 de Mayo de 2015
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El permafrost -los suelos congelados de forma permanente- del Ártico se está derritiendo debido al aumento vertiginoso de las temperaturas en la región, lo que “libera” grandes cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera. Aunque los mecanismos son bien conocidos, hasta la fecha existía gran incertidumbre sobre la cuantificación de estos procesos.

El mes pasado salió un nuevo estudio en la prestigiosa revista  Nature que cuantifica las cantidades exactas de carbono almacenadas en los suelos congelados árticos y sobre la tasa de su liberación a la atmósfera, indicando que este proceso se da más rápido que lo anteriormente pensado.

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Mapa de la región ártica mostrando el carbono orgánico almacenado por los suelos

El cambio climático y la retroalimentación entre permafrost y carbono

En las latitudes altas del planeta, la última época de hielo ha dejado dos legados importantes: la capa de hielo de Groenlandia y el permafrost, millones de kilómetros cuadrados de suelos permanentemente congelados. Estos suelos congelados pueden tener una profundidad de varios metros y almacenan una cantidad grande de vegetación – y con esto una enorme cantidad de carbono.

En las últimas tres décadas, sin embargo, la temperatura del Ártico ha aumentado 0,6°C por década, que es más que el doble del promedio global. En consecuencia, el permafrost ha comenzado a derretirse en toda la región ártica, en Rusia, en Canadá y también en Alaska, emitiendo cantidades importantes de dióxido de carbono y metano a la atmósfera, causando gran preocupación entre los científicos.

Los suelos permanentemente congelados son almacenes de carbono cuyas puertas han sido abiertas – y no hay forma de cerrarlas y de contener la salida de enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Hemos activado la detonación de una bomba de tiempo, una bomba que con el pasar del tiempo descargará todo su poderío. Estas emisiones son “completamente irreversibles”, según el experto Kevin Schaefer del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo (National Snow and Ice Data Center) en los Estados Unidos. “Una vez que este material está descongelado, no hay forma de volver la materia orgánica al permafrost...no se puede re-congelar el permafrost”.

Al igual que en el caso de las “nieves eternas”, el término “permafrost” ha perdido su razón de ser debido a la actividad humana, que a través de las emisiones de gases de efecto invernadero del proceso de desarrollo industrial ha vuelto obsoleto lo “permanentemente” de los suelos congelados. Estamos interviniendo en los procesos geológicos con consecuencias todavía poco comprendidas.

Estamos aquí frente a un caso ejemplar de un bucle de retroalimentación positiva entre el aumento de temperatura, el derretimiento del permafrost y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): Cuanto más fuerte el aumento de la temperatura en la región ártica, más rápido es el derretimiento de sus suelos congelados, y por ende mayor las cantidades de carbono expulsados hacia la atmósfera, con lo que se acelera el calentamiento de la atmósfera, etc. etc.

Si este proceso se da en condiciones secas y en la presencia de oxígeno, el producto de la descomposición es CO2, dióxido de carbono. En condiciones húmedas, en la ausencia de oxígeno, se trata de procesos anaeróbicos de descomposición que resultan en emisiones de metano (CH4), un gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el CO2, medido sobre un período de 100 años.

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Ilustraciones del impacto del derretimiento del permafrost: Una laguna “termokarst” que se formó en el lugar del suelo congelado (izq.; foto de G.G.) y suelo colapsado y erosionado (dcha.; foto de E.A.G.S.)

Aunque los mecanismos son bien conocidos por la ciencia, todavía faltaba una cuantificación más exacta de estos procesos: ¿Cuál es la cantidad total de carbono almacenada por las regiones del permafrost? ¿A qué velocidad será “liberado” este carbono a la atmósfera? ¿Qué grado de calentamiento adicional producirá esto?

La reciente revisión de los estudios sobre el permafrost que han presentado E.A.G. Schuur de la Universidad de Arizona del Norte, conjuntamente a 16 colegas académicos es sin duda el trabajo más completo sobre el bucle de retroalimentación entre permafrost y carbono. En su artículo “El cambio climático y la retroalimentación entre permafrost y carbono” (Climate change and the permafrost carbón feedback) hacen una revisión exhaustiva de la más reciente literatura científica, en muchos casos publicaciones que salieron después del último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas.

El resultado de las nuevas estimaciones sobre las cantidades de carbono almacenadas es congruente con las cifras manejadas anteriormente. Según los datos proporcionados por los investigadores, solo los 3 metros superiores del permafrost (incluyendo los deltas de los mayores ríos del Ártico) almacenan entre 1.330 y 1.580 giga toneladas de carbono. Para mayores profundidades todavía no existen estudios suficientes, pero la estimación rústica es de 400 giga toneladas adicionales.

Anteriormente se manejaba una cifra total de 1.700 giga toneladas de carbono almacenadas en los suelos permanentemente congelados de las latitudes nórdicas- aproximadamente el doble de la cantidad de carbono de la atmósfera, que es de 850 giga toneladas. A modo de comparación: El presupuesto de carbono del mundo es de menos de 500 giga toneladas para limitar el aumento de temperatura a 2°C hasta finales del siglo XXI.

“El carbono del permafrost no explotará en el aire de una forma catastrófica dentro de unos pocos años”, explica Ted Schuur, el autor principal del estudio. “El escenario probable es que el carbono saldrá en cantidades relativamente pequeñas en un gran número de lugares”. Y durante un tiempo muy largo. Lo preocupante es que todo indica que ya hemos activado este proceso.

Según las proyecciones de Hollesen y colegas, se estima que 120 giga toneladas serán emitidas a la atmósfera durante este siglo. Estas emisiones sumarían 60 a 80 partes por millón (ppm) a la concentración de CO2 en la atmósfera, sumando un 10% adicional a los 800 ppm que se estaría esperando para esta fecha en base a la trayectoria actual de emisiones, aumentando la temperatura global en 0,29°C adicionales.

Otro motivo de preocupación: Debido a que hasta hace poco no se contaba con datos confiables sobre el derretimiento del permafrost y su contribución al aumento de la concentración de GEI en la atmósfera, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) había optado de no incluir las consecuencias del derretimiento del permafrost en sus informes, ni siquiera en el último (AR5) que fue publicado a finales de 2013. Esto significa que a la luz de los datos proporcionados por Schuur y colegas, las proyecciones de temperatura del IPCC deben ser consideradas demasiado optimistas.

El derretimiento del permafrost en suelos orgánicos del Ártico ha sido acelerado por la producción de calor a ras de la tierra

Una vez que el permafrost se ha descongelado, comienza la descomposición de la materia orgánica, lo que resulta en emisiones de carbono a la atmósfera, lo que a su vez incrementa el calentamiento global. Según un nuevo estudio presentado por un equipo de investigadores del Centro del Permafrost de la Universidad de Copenhague, hay otro proceso más que se debería tomar en cuenta:

Durante el proceso de descomposición los microbios no solamente producen gases de efecto invernadero (GEI), sino también producen calor. Este calor, a su vez, ayuda a descongelar todavía más permafrost, lo que expone mayores cantidades de materia orgánica a la descomposición, lo que libera mayores cantidades de GEI y produce más calor, lo que acelera el calentamiento global en un bucle de retroalimentación positiva.

“La producción de calor que resulta del metabolismo microbiano de la materia orgánica ha sido reconocido como un mecanismo potencial de retroalimentación positiva que estaría incrementando el derretimiento del permafrost y las emisiones de carbono”, comentan Jørgen Hollesen y colegas. “Los resultados muestran que el impacto del cambio climático sobre suelos orgánicos naturales puede ser acelerado por la producción microbiana de calor con implicancias cruciales sobre los montos de carbono que está siendo descompuesto”.

Esta producción de calor por el proceso de descomposición constituye un nuevo bucle de retroalimentación positiva que aún no ha sido incorporado en los modelos climáticos, porque todavía faltan datos más exactos y de un mayor número de sitios. Sin embargo, en base a sus propias investigaciones en suelos de Groenlandia, Hollesen y colegas lo clasifican de “significativo”. Estamos aquí frente a una retroalimentación positiva dentro de otro proceso de retroalimentación positiva mayor.

Una vez más, la solución al problema causado por el cambio climático –en este caso, del derretimiento del permafrost en el Ártico- nos lleva a tratar la causa principal del calentamiento global, que son las emisiones de gases de efecto invernadero de la actividad humana. O, como lo expresa el investigador Ted Schuur de la Universidad de Arizona del Norte, considerando que estas emisiones en primer instancia son activadas por el calentamiento causado por emisiones humanas, “re-enfocarnos en las emisiones humanas, sobre las cuales tenemos el control, es el mejor punto de partida”.

 

 

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